I. Adán versus Jesús: el panorama general
A. El pecado de Adán y los resultados Vs. 12, 18a, 19a
1. V. 12– La decisión de Adán en el huerto trajo el pecado al mundo.
a. Los efectos del pecado de Adán se extendieron mucho más allá de él mismo; afectó a toda la humanidad.
b. Cada acto de violencia, cada guerra, cada atraco, cada violación, todo acoso, extorsión, secuestro, violencia doméstica, embriaguez, promiscuidad, etc., ha surgido porque Adán pecó y nos transmitió esa naturaleza pecaminosa.
c. V. 12– “Todos pecaron” en Adán.
i. Esta declaración es muy debatida entre teólogos y pastores.
ii. Posibilidad #1– Soy culpable por el pecado de Adán, como si hubiera estado allí y lo hubiera hecho yo mismo, porque estaba en las entrañas de Adán, conectado a él por nacimiento y bajo su liderazgo federal. Lo que hizo Adán me afecta en todos los sentidos; su culpa me es imputada.
iii. Posibilidad #2– El pecado de Adán contaminó e infectó a toda la humanidad dándoles una naturaleza pecaminosa y pasando la muerte física a toda la humanidad. Los hijos de Adán prueban que tienen esa naturaleza pecaminosa cuando pecan. No somos pecadores porque pecamos, pero pecamos porque somos pecadores, y esa naturaleza nos fue transmitida.
iv. Yo creo la idea #2. Nosotros no comimos la manzana, pero elegimos ceder a esa naturaleza pecaminosa que Adán nos transmitió, y por esa decisión, merecemos el juicio de Dios. La naturaleza del pecado gobierna y reina sobre el hombre no regenerado.
d. V. 19– La desobediencia de Adán hizo a todos los hombres pecadores. (No por culpa imputada, sino eligiendo seguir esa naturaleza pecaminosa que recibimos de Adán)
i. Efesios 2:3 “…por naturaleza hijos de ira…”.
2. V. 12– El pecado de Adán trajo al mundo la muerte para todas las personas.
a. Creo que el énfasis de la palabra muerte aquí habla principalmente de muerte física, aunque la muerte espiritual es ciertamente una parte de esa declaración.
b. El hecho de que el pecado de Adán trajo la muerte a toda la humanidad es obvio. Millones de tumbas
c. 1 Corintios 15:47-49 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
3. V. 18a– La única ofensa de Adán trajo juicio / condena.
B. El acto de Jesús y los resultados Vs. 18b, 19b
1. V. 18b– El acto de justicia de Jesús marcó el comienzo del ofrecimiento de Dios del regalo gratuito de la salvación.
2. V. 18b– La salvación resulta en la justificación de la vida.
3. V. 19b– Mediante la obediencia de Jesús (morir en la cruz) muchos pueden ser justificados.
II. Adán versus Jesús: detalles y preguntas
A. La gente muere a causa de Adán Vs. 13, 14
1. Pregunta hipotética: Entiendo sufrir el juicio por cometer mis propios pecados, pero ¿está diciendo Pablo que la humanidad murió físicamente debido al pecado de Adán y no porque fueran culpables de desobedecer la Ley de Moisés?
2. V. 13- El “pecado” (el pecado de Adán y sus consecuencias) preexistió a la Ley de Moisés.
a. Uno no puede violar una ley (pecado) si no existe ninguna ley.
b. Para Adán, el castigo por desobedecer el mandato de Dios fue la muerte física (entre otras cosas, es decir, vergüenza, culpa, comunión rota con Dios)
c. A Adán se le ordenó no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
d. Adán desobedeció y, como resultado, la muerte física comenzó a obrar en él y en nosotros.
e. 1 Corintios 15:22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
3. Las generaciones posteriores a Adán también murieron, aunque no rompieron el mismo mandamiento que Adán, ni los 10 mandamientos, que aún no existían. La gente murió porque la muerte les fue transmitida. Los bebés murieron sin haber transgredido ninguna ley.
a. Note la palabra reinó (V. 14). La muerte tenía (y tiene) una tasa de muerte del 100%.
b. Así la muerte se originó en Adán y se extendió a todos los hombres. Adán infectó a la raza humana con muerte física. La gente muere por el pecado de Adán.
B. Adán versus Jesús: lista de comparaciones
1. V. 15a Jesús ofrece un regalo gratuito; Adán (esencialmente) nos impuso su ofensa.
2. V. 15b La ofensa de Adán trajo la muerte a la humanidad, forzada sobre ellos; de una manera “mucho mayor”, el regalo de la gracia de Dios de la vida eterna se ofrece a todos los que están muriendo.
3. V. 16a Los regalos se dan gratuitamente; El pecado de Adán nos fue transmitido, sin ningún deseo de nuestra parte.
4. V. 16b La única ofensa de Adán resultó en nuestra condenación; A Jesús se le impusieron muchas ofensas, pero su regalo gratuito es la justificación para todos los que creen.
5. V. 17 El pecado de Adán trajo un reino de muerte física y espiritual. Habla de dominio.
A través de Jesús, recibimos abundancia de gracia y el don (imputación) de justicia.
C. ¿Vino la ley de Moisés a resolver el problema del pecado? Vs. 20, 21
1. La Ley (cualquier ley) nunca puede resolver el problema del pecado. A veces puede contenerlo, pero no lo resuelve.
2. A la inversa, cuando la gente peca, se hace una ley para prevenir el pecado. A medida que las personas encuentran una escapatoria o una excepción, se crea una ley adicional para restringir la excepción.
3. Ejemplo: dos niños ven un letrero en una banca del parque que dice “Pintura húmeda”. Lo tocan y los regañan. Su respuesta es: “No decía que no se tocara”. El siguiente letrero dice: “Pintura húmeda, no tocar”. Los niños arrojan una galleta para perro a la banca. Consiguen que el perro la toque. Se hace otro letrero, “Pintura húmeda, no tocar, no arrojar cosas en la banca”. Luego, los niños patean una galleta de perro hacia la banca … y así sigue.
4. Con esos niños, su pecado abunda. Las leyes adicionales aumentan su culpabilidad, pero la gracia de Dios siempre es mayor que el pecado del hombre. Super abunda.
5. El resultado: A pesar de lo dominante que el pecado de Adán es sobre la humanidad, la gracia y el perdón de Dios es aún más grande.
6. Las personas pueden ser rescatadas del reinado dominante del pecado sobre sus vidas.