Alexander McClaren– El pecado del mundo es una falsa confianza, un descuido y complacencia que da por sentado que un hombre es cristiano cuando no lo es. (A la inversa), la culpa, el dolor y la debilidad de la iglesia es una falsa timidez (falta de confianza), un temor ansioso de que un hombre sea cristiano cuando lo es … a veces puede haber, y a menudo hay, la combinación de una confianza real y una falsa timidez, la presencia de la fe (verdadera) y la duda de si está presente.
Muchos cristianos pasan por la vida con esto como el temperamento predominante de sus mentes, una duda que a veces se convierte casi en agonía y, a veces, se reduce a una aceptación pasiva y paciente de esta condición como inevitable, una duda de si (están) “engañándose a sí mismos”; y en la perversa ingenuidad con que ese estado de ánimo se marca constantemente, logra destilarse de las grandiosas palabras de la Biblia, un amargo vinagre de autoacusación, de las cuales no debía proporcionarse más que vino de alegría y de consuelo.
I. El hijo de Dios es guiado por el Espíritu Santo V. 14
A. Guiado por el camino de la verdad – Leer Juan 16:13-15
1. Uno de los ministerios del Espíritu Santo es guiar al cristiano a la verdad
2. Verdad teológica, verdad práctica, verdad situacional, verdad ética, etc.
3. Esto se hace a través de las enseñanzas de la Biblia y a través de impresiones personales del Espíritu, esas dos cosas nunca se contradicen.
4. El hijo de Dios es aquel que tiene un interés genuino por la verdad de Dios, y es guiado en las verdades de Dios por el Espíritu Santo que mora en él. Evidencia de condición de hijo.
B. Guiado en la glorificación de Jesús
1. El hijo de Dios no solo es guiado por el Espíritu Santo, sino que tiene la esperanza de que el resultado de su vida traerá gloria a Jesús.
2. Hay una conciencia de que hacen lo correcto no solo por el bien de hacer lo correcto, sino por que su vida recta también, por la gracia de Dios, traerá gloria a Jesús.
a. Tito 2:10b …para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador
3. El inconverso puede tener el deseo de hacer el bien con fines morales, pero la idea de hacer el bien para la gloria de Dios nunca entra honestamente en su mente.
4. La evidencia de su condición de hijo no es que el cristiano siempre piense en glorificar a Dios, es que piense en glorificar a Dios. Evidencia de condición de hijo.
II. El hijo de Dios tiene el Espíritu de adopción Vs. 15, 16
A. No un espíritu de esclavitud y miedo – Leer Juan 8:30-36
1. Un esclavo no tenía garantía de residencia permanente. Considerado propiedad, no familia.
2. Un esclavo puede venderse en cualquier momento. Los esclavos nunca clamaron “Abba, Padre”.
3. La residencia se basaba en el desempeño. Sin seguridad en mente ni corazón.
4. El Hijo de Dios es adoptado en la familia y no debe temer.
5. Si usted es cristiano, entonces es un hijo y no un esclavo. No piense como un esclavo.
6. Adopción- Romanos 8:15, 23; 9:4; Gálatas 4:5; Efesios 1:5.
B. Testimonio interno de condición de hijo
1. V. 15- Abba– término de cariño. Usado tres veces en el Nuevo Testamento.
a. Es un término que expresa afecto cálido y confianza filial.
b. No tiene un equivalente perfecto en español. La palabra “papi” se queda corta de significado.
c. La palabra transmite una intimidad cercana que está reservada a padres e hijos.
d. Marcos 14:36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
2. El punto es este: Cuando una persona clama a Dios como Abba, es una verdad confirmadora que esa persona es en verdad un hijo de Dios.
a. Un incrédulo puede clamar a Dios, pero solo puede ver a Dios como una deidad distante que puede o no preocuparse por las necesidades de Su creación.
b. El cristiano clama a Dios con la expectativa de un hijo hacia un padre, con seguridad de amor y conexión, con la confianza de que Dios está allí.
c. Aunque el cristiano a veces puede flaquear en su grado de confianza, tiene una confianza que el incrédulo nunca ha tenido.
d. La condición de hijo no se prueba teniendo confianza el 100% del tiempo, sino teniendo confianza alguna vez.
e. Es posible que un hijo humano no siempre clame a su propio padre, pero sabe que puede, y nunca clamará a nadie más como padre. Solo hay un Abba.
f. El cristiano con personalidad reticente (autodescalificante) puede convencerse a sí mismo de que no es cristiano, porque a veces tiene dudas.
g. En cambio, debemos reconocer los momentos de confianza, cuando hemos clamado, “Abba, Padre“, como una verdad bíblica de que somos hijos de Dios.
h. La evidencia de la condición de hijo no es una experiencia extática, sino la de clamar.
i. McClaren- “…una voz más profunda que la tuya, una ‘voz suave y apacible’ – sin torbellino, sin fuego, sin terremoto – sino la voz de Dios hablando en secreto, tomando la voz y los tonos de tu propio corazón y tu propia conciencia y diciéndote: ‘Tú eres mi hijo’”.
3. ¿Qué nos dice esta experiencia de Dios como Abba, Padre?
a. ¿Cómo llega un niño a la posición de gritar “papi” a su padre humano?
b. Fue primero la inversión del amor del padre por el niño, más que el compromiso del niño con el padre.
c. El grito de “papá” es simplemente una respuesta apropiada al padre, quién amó primero, quién mostró amor primero, quién mostró interés primero, quién sufrió primero, etc.
d. El grito “Abba” dice más sobre el compromiso de Dios con nosotros que sobre el de nosotros con él.
e. NOTA– Pablo dice que primero tenemos la inclinación de “clamar” Abba, Padre. La conclusión lógica es que somos niños. La cronología es importante.
f. El Espíritu no le dice primero que usted es un niño, por lo que “es mejor que clame Abba”. Por el Espíritu de Dios se convierte usted en un hijo de Dios, experimenta la paternidad de Dios y luego clama como un hijo de Dios. La cronología es importante y lógica.
4. V. 16- El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu-
a. No dice que el Espíritu da testimonio de nuestro Espíritu, sino más bien, con nuestro espíritu.
b. No dice que el Espíritu Santo le hable a nuestro espíritu, diciéndole lo que debe decir.
c. Dice que el Espíritu Santo habla con nuestro espíritu, ambas voces concordando juntas sobre nuestra condición como hijos de Dios.
5. La fragilidad de nuestro espíritu: Dios el Espíritu elige condescender y morar en el hombre frágil.
a. Nuestro espíritu es entendido por nuestra mente cuando interpretamos las experiencias de la vida.
b. Buscamos discernir la presencia del Espíritu de Dios, para ver la evidencia de Su presencia en nuestro interior, para conformar nuestro corazón a nuestra condición de hijos.
c. Sin embargo, nuestra capacidad para discernir se ve debilitada por nuestro cuerpo humano, nuestra salud, nuestras mentes imperfectas, nuestras emociones siempre cambiantes.
d. Acepte las evidencias que tiene, y créalas como evidencia de su condición de hijo.